Para garantizar diamantes de la mejor calidad, la mayoría de los principales laboratorios gemológicos tienen en cuenta cuatro factores: su color, pureza, tamaño y peso en quilates. en la casa AGUAdeORO, ofrecemos una selección de diamantes de muy alta calidad.
peso en quilates
El peso de los diamantes se expresa en una medida métrica llamada quilates. Un quilate (ct) equivale a 200 miligramos. El quilate métrico también se divide en 100 puntos y generalmente se utiliza para diamantes de menos de un quilate. Por encima de un quilate, las gemas se definen por quilates y puntos. Indicamos en cada joya el peso en quilates de la piedra principal y el total de quilates de las piedras decorativas.
los colores
Los diamantes se encuentran en una amplia gama de tonos, desde incoloros (D), extremadamente raros, hasta tonos claros de amarillo o marrón (Z). La escala del D-F es la queAGUAdeORO utiliza habitualmente, salvo petición especial de nuestros clientes.
La fluorescencia es la luz visible que emite el diamante cuando se expone a la luz ultravioleta (UV). El azul es el color fluorescente más común, pero también puede ser blanco, amarillo o naranja. Es posible que esto no afecte al diamante, pero puede ejercer influencia dependiendo de las otras características elegidas. Para comprender esta característica, nuestros expertos están a su disposición.
el corte
La talla determina cómo un diamante captura y refleja la luz. Cuanto mejor esté tallado el diamante, más reflejos, brillo y luz tendrá. También es importante considerar el pulido y la simetría, dos atributos esenciales para la valoración de un diamante. Los laboratorios gemológicos clasifican estos atributos según la escala: “excelente”, “muy bueno”, “bueno” y “regular”.
Claridad
El grado de claridad de un diamante está determinado por la cantidad y el tipo de inclusiones (características) que se encuentran en ese diamante. Estas características aparecen durante su formación, y hacen de cada diamante una piedra preciosa única. Un diamante estará aún mejor clasificado cuando, observado con una lupa de 10 aumentos, estas características sean apenas visibles. Un diamante se considerará “internamente puro” si la observación a través de esta misma lupa no revela ninguna característica.